Uno de los efectos positivos de la dura crisis del Coronovirus es la mayor visibilidad y reconocimiento social de algunas empresas y directivos.
Organizaciones y personas que ya hacían excelentemente su trabajo, pero con un perfil más bajo a los ojos de la opinión pública.
Pablo Isla es uno de los casos más llamativos. Un líder que ya merecía aplausos por su visión, valentía, capacidad para inspirar equipos y lograr buenos resultados en Inditex.
Pero siendo estos atributos importantes me parece todavía más destacable cómo asumió su responsabilidad social más allá de su rol ejecutivo en los meses más duros de la pandemia.
Es bien sabido que actuó con gran agilidad, determinación y éxito para poner sus recursos y contactos al servicio de España. Un par de ejemplos son el transporte de millones de equipos de material sanitario y la renuncia a un ERTE que habría impactado las ya maltrechas arcas públicas españolas.
Acciones que le han costado a la compañía cientos de millones y que, junto a la menor actividad comercial, ha provocado importantes pérdidas. Decisiones que él ha tomado con plena consciencia de que era lo que había que hacer.
Si esto fuera poco, su liderazgo ha sido clave para unir a muchos de los principales directivos españoles en la cumbre histórica de la CEOE de junio del 2020. En ella, un centenar de altos directivos multisectoriales compartieron su visión sobre la recuperación del país. Un buen ejercicio colectivo de proactividad y participación en el debate público sobre el rumbo económico de los próximos años.
Pablo Isla ya tenía una magnífica trayectoria directiva. Carga de trabajo y reconocimientos no le faltaban. Una muestra es el premio en 2017 por Harvard Business Review como mejor CEO del mundo. En aquel momento la prestigiosa publicación resaltaba su desempeño financiero al frente de la compañía, así como su implicación en la parte medioambiental y de sostenibilidad.
Este año Covid, con su paso al frente en momentos tan difíciles, añade matices nuevos a su liderazgo que ya era potente y eficaz, pero más discreto, como es su personalidad más genuina.
Lo más importante de una organización son sus personas
“Lo más importante de una organización son sus personas” decía recientemente en una conferencia. Muchos le agradecemos que también entienda el liderazgo como humanismo y responsabilidad social (especialmente en momentos tan difíciles) y que trabaje por dejar un legado positivo más allá de una buena gestión en su empresa.
Una actitud especialmente valorable en un momento en que trabajo interno no le faltaría. Gestionar la crisis en un sector tan afectado como el textil debe haber sido tremendamente complejo y estresante.
Sus ideas y decisiones refuerzan la imagen y labor de tantos buenos directivos y empresarios. Hombres y mujeres que, muchas veces en la sombra, generan riqueza, empleo y, como consecuencia, mejoran la calidad de vida de las comunidades donde operan.
Ojalá tuviéramos en el mundo más Pablos Islas para colaborar en la reconstrucción de países, trabajando en equipo y cambiando mentalidades.
Ahora necesitamos más que nunca sociedades donde se valore más la buena iniciativa privada empresarial. Y donde se combinen las necesarias ayudas para empresas y personas con la cultura de la autorresponsabilidad y el esfuerzo.
Hoy necesitamos líderes con capacidad para arrastrar y re-ilusionar a muchos ciudadanos con ejemplos como el suyo de sentido común, eficacia, valentía y generosidad.
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
MARTA MARTIN dice
Gracias por tu artículo! Ciertamente, no puedo estar más de acuerdo contigo en que completar el perfil de un líder con la capacidad de impactar positivamente en la Sociedad se ha convertido en un MUST. Aunque, siguen siendo una minoría de directivos los que tienen esta “visión”. Desde nuestra función como directivos de RSC/Sostenibilidad, trabajamos para acompañar a estos directivos en la toma de decisiones ampliando la mirada a lo social por el bien de la empresa y el país. “Doing good/doing well” es el mantra. Te mando un fuerte abrazo. Marta Martín
Penélope dice
En épocas complicadas nos hacemos más grandes o más mediocres, desgraciadamente tenemos ejemplos de ambas cosas y pocas veces resaltamos las buenas parece ser más fácil hacer ver las malas. Gran ejemplo el de Pablo Isla, gracias por acercar su historia, ejemplo y valores.