Uno de los efectos más positivos de la tremenda crisis del coronavirus es el reconocimiento unánime y muy merecido a los profesionales sanitarios. Mujeres y hombres heroicos están arriesgando sus vidas para proteger las nuestras. Y todo ello en condiciones extremas, con pocos recursos y gran eficacia.
Pensando en otros profesionales clave para afrontar esta pandemia he recordado esta frase de Winston Churchill. Una acertada observación sobre la falta de valoración social de los buenos emprendedores: grandes y pequeños empresarios, emprendedores de startups, socios cooperativistas, autónomos…
Algunas personas miran a la empresa privada como un lobo que hay que abatir; otros la miran como la vaca lechera que hay que ordeñar. Pero muy pocos la ven como el caballo sano que tira del carro.
En cualquier época y especialmente en ésta, tan compleja y que nos abocará probablemente a un futuro cercano post-Coronavirus de menor actividad económica. Algo que debería animarnos a facilitar y valorar más a estas personas por su encomiable y arriesgada labor para que todo funcione y esto siga funcionando a medio plazo.
Hoy muchos países y personas infravaloran su rol. Además, algunos casos de malas prácticas en los últimos años no han ayudado a mejorar su histórica imagen mejorable. Como muestra, en un reciente informe los españoles valoran a los empresarios con un 2,8 sobre 10 y en la banda baja de las instituciones más apreciadas.
Datos preocupantes que limitan las vocaciones emprendedoras, la creación de empresas, su desarrollo y expansión y, al final, la prosperidad colectiva. Una lástima y un error estratégico a resolver entre todos ya que se traduce en menor crecimiento y más paro.
Los empresarios y la iniciativa privada generan gran parte de la riqueza y oportunidades profesionales.
En el actual contexto globalizado y competitivo es necesaria la labor del Estado y el tercer sector para asegurar la cohesión social y redistribución de recursos. No obstante, gran parte de la riqueza y las oportunidades profesionales las generan los empresarios y la iniciativa privada. Y ésta es la mejor garantía de nuestro bienestar general a largo plazo.
Para mejorar su impacto y reputación es deseable que la era post-Coronavirus consolide la figura del empresario con triple perspectiva («triple bottom line»): social, económica y ambiental.
Una exigencia creciente de muchos ciudadanos y algo necesario para aumentar su contribución colectiva más allá de los necesarios beneficios económicos y legítimos intereses de sus accionistas.
Personas que actúan pensando no sólo en sus ganancias de corto plazo, sino en el bienestar y desarrollo de su equipo y de las comunidades donde operan. Cambios positivos que cada vez más empresarios han asumido, tanto en situaciones normales como de crisis. Reflexionemos sobre un par de ejemplos que así lo demuestran.
Muchas empresas han contribuido proactivamente a mitigar los efectos de la pandemia e incluso han cambiado temporalmente su modelo de negocio para mitigar la crisis sanitaria.
Por un lado, en los últimos años ha aumentado su presencia pública y se ha intensificado su rol de buenos ciudadanos corporativos. Hoy existen políticas de responsabilidad social cada vez más robustas. Por otro, ha sido muy destacable la proactividad de muchas empresas para mitigar los efectos de la pandemia y cambiar incluso temporalmente su modelo de negocio para mitigar la crisis sanitaria.
Hoy muchos emprendedores siguen arriesgando su patrimonio para poner en el mercado sus ideas, productos y servicios con la misma ilusión y más incertidumbre. Junto con la gran labor de sus equipos tratan de sobrevivir a la abrupta caída de la mayoría de sectores económicos y a la generalizada preocupación por el futuro. Unos sobrevivirán a esta crisis y otros lamentablemente tendrán que cerrar y reinventarse en un entorno complicado.
Su contribución no es, en la mayoría de casos, tan extraordinaria y aplaudida colectivamente ya que no salvan vidas en primera línea de fuego. Sin embargo, su resiliencia, pasión, valentía y proactividad son hoy más necesarias que nunca. Y, desde otro ángulo, me atrevo a decir que son también otros héroes y heroínas cotidianos.
Muchas gracias y mucho ánimo.
Artículo publicado en Do Better by ESADE el 18 de mayo de 2020
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
Javier mirallas dice
Querido David extraordinario artículo en todos sus extremos .
Valorar al emprendedor tiene un retorno social impagable , en este sentido creo sinceramente , que David pone de relieve la personalidad y las cualidades y valores que hoy deben tener los Empresarios .
Compromiso social , y una sensibilidad especial para buscar el BIEN COMÚN .
Abrazos y muchas gracias estimado amigo
Jose Moran dice
Muy bueno David. Imprescindible que se alcen voces como la tuya para reivindicar a un grupo, en el que me encuentro igual que tú, de los que creemos en la responsabilidad de cada persona sobre su vida, en un momento en que tantos otros, pretenden imponer unas reglas en las que unos pocos, coartan y dirigen las vidas de todos los demás. Muchas gracias y mucho ánimo
Jaime Lladó dice
Reivindicar a los emprendedores y a los autónomos es crucial en la medida que son los que dan vida a la mayor parte de este país. Me encanta la manera en que lo expresas. Gracias. Jaime
LUIS RIBAS DOMINGO dice
Bravo, David. Magnífico diagnóstico y mejor plan de acción.
Seguimos y salud siempre!!!
Luis Ribas
Leo Farache dice
Muy bueno, David. Es un gusto escuchar a las personas del equipo que consideran que mantener el trabajo, poder seguir trabajando es un privilegio. Eso ya es un buen premio para quienes emprendemos.
Es un buen momento para reivindicar la función del empresario y aplaudir a los buenos empresarios. A los que consiguen un sano e inteligente equilibrio en ,los objetivos de los accionistas, el equipo directivo, la plantilla, los clientes y la sociedad.
Fabulosa la frase de Winston Churchill y sorprendente el dato de la poca estima que merecen los empresarios por parte de los ciudadanos. Abrazos!!!
Ignacio Utrera dice
Inspiradoras palabras. Muy necesarias para el entendimiento y comprensión de muchos y cargadas de energía y ánimo para los que siguen luchando porque creemos en un mundo mejor, más inteligente y mejor distribuido.
Tú eres uno de ellos. Juntos somos un gran ejército. Aprovechemos esa fuerza que mueve montañas.
Brindo por esa “prosperidad colectiva”
Gracias x el excelente artículo. Más por favor.
Borja Milans del Bosch dice
Es la pasión por lo que hacemos, nuestras ganas de aportar y el compromiso permanente con las personas con las que colaboramos lo que mantiene encendido nuestro motor interno.
Donde hay adversidad, allí habrá un emprendedor con ilusión, un empresario gestionando con valentía y un autónomo luchando con coraje -cómo es mi caso-.
“Ayudar” con nuestro trabajo creo que no tiene precio.
Gracias por tus palabras, David. Un abrazo.
P.S.: Comparto contigo lo que podría ser una buena fuente de reflexión y estímulo para empresarios, emprendedores y autónomos (http://www.coaching360.es/?p=819).