La vida nos cruza a veces con personas que nos abren los ojos y hacen crecer. En mi caso, la “causalidad” ha puesto en mi camino a mi vecino y admirado Juan Carlos Unzué.
Tras una exitosa carrera deportiva hoy lucha sin descanso contra la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Una enfermedad mortal y a corto plazo, una espada de Damocles que él gestiona con sabiduría, espíritu positivo y viviendo la vida al máximo.
Un combate que él ha hecho público con valentía y generosidad, con el objetivo de sensibilizarnos sobre la complicada vida de otros enfermos con menos recursos. Hoy “su equipo” (como él lo define) son unos 4.000 pacientes en España, con una prevalencia a nivel mundial de 1 o 2 casos por 100.000 habitantes y sin criterios claros de la tipología de personas a las que afecta.
He tenido la suerte de conversar con él junto con otros vecinos, al coincidir muchos domingos en nuestra zona comunitaria. Estas charlas breves e informales han sido suficientes hacernos reflexionar, tomar perspectiva, retar nuestras prioridades, ganar claridad. Avanzar en que “lo importante sea lo más importante” como decía acertadamente Stephen Covey.
Su filosofía de la vida y sus aprendizajes los ha recogido en “Una vida plena”, su libro recientemente publicado. Una obra cuyos derechos de autor se invertirán en la investigación de la ELA. Unas páginas que nos inspirarán a vivir al máximo y más enfocados en ser fieles a nuestro propósito.
“Antes de decidir sobre una muerte digna, queremos una vida digna”, decía en una reciente entrevista, en la que compartía también su gratitud vital: “la pasión con la que he vivido tantos años es impagable”.
Me parece muy destacable esta positividad y tranquilidad de espíritu que él destila en público y privado, pesar de intuir ya una muerte cercana y previsiblemente muy dura.
Unzué ha logrado que la ELA no derrumbe su personalidad. Algo difícil siempre, pero especialmente en las personas históricamente con gran éxito y vitalidad como él. Él no ha cambiado su personalidad básica, tan activa, positiva y solidaria. Incluso diría que este amargo trago ha potenciado sus mejores virtudes personales.
Él ha conseguido reinventar la ELA maligna y convertir estas siglas dramáticas en otra ELA mucho más positiva: Ejemplo, Liderazgo y Actitud.
Ejemplo para inspirarnos a todos (enfermos y sanos) a vivir al máximo y con un propósito trascendente, a dejar un buen legado.
Liderazgo para usar su reputación pública en beneficio de su “equipo” de enfermos con ELA.
Actitud para convertir un problema en una oportunidad, para dejar las excusas y la lógica tristeza y buscar nuevos retos e ilusiones. Como él repite en sus entrevistas “no tengo motivos ni derecho a quejarme” , a pesar de sus graves dificultades actuales.
Ojalá su potente testimonio vital nos siga inspirando mucho tiempo y nos recuerde algo que olvidamos frecuentemente: vivamos con urgencia y al máximo, dejemos un buen legado. Que nuestro latido y nuestras energías no sean sólo egoístas, sino que también impacten positivamente en los demás.
Este es el legado que a mí me deja un grande: Juan Carlos Unzué.
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
Imagen: Portada del libro «Una Vida Plena» de Juan Carlos Unzué, publicado por la editorial GeoPlaneta
María José Ramírez dice
Entrevista emotiva y muy generosa; creo que es muy positivo para todos abordar el tema desde una perspectiva serena y conciliadora con la vida.
Gracias por este regalo
Miguel dice
Que valentía hay que tener para afrontar la situación de este hombre, mi admiración y respeto.Sacar esa energía y ganas de ayudar a los demás en el partido más difícil de su vida, solo lo hacen los grandes.
Gran artículo David, muchas gracias
Joan Clotet dice
Excelente David! que gran referente y que bien has puesto en valor su ejemplo.
Inspirador