A lo largo de nuestra vida personal y profesional tenemos que hacer frente a muchas adversidades que nos ponen a prueba día tras día. Pero estas no deben suponer una limitación. Podemos ser capaces de convivir con las adversidades e incluso aprender de ellas, especialmente en un contexto como el actual que parece ir de crisis en crisis. Y, aunque a veces no parezca fácil, tenemos muchas opciones para entrenarnos y ser capaces de gestionarlas mejor.
Las adversidades son compañeras habituales en nuestra vida. Afrontarlas eficazmente es un ingrediente esencial para una existencia personal y profesional plena.
Más allá de las grandes adversidades que pueden ocurrirnos, los pequeños inconvenientes son tan frecuentes que, expertos como Rafael Santandreu, las cuantifican en 23 cada día y 20.000 en toda una vida.
Esto nos demuestra que tenemos muchas opciones para entrenarnos y ser capaces de gestionarlas cada vez mejor. A la vez nos ponen a prueba porque si no lo logramos podemos vivir amargados gran parte del tiempo.
Lo bueno es que está demostrado que estas numerosas adversidades no tienen el poder de limitar nuestra vida, a no ser que se lo otorguemos.
Para asumirlas con más éxito y naturalidad, convivir e incluso aprender de ellas nos ayudarán ingredientes clave como resiliencia, perspectiva, visión optimista, espíritu de superación o una mente saludable y con necesidades para su felicidad.
En el mundo profesional mejorar cómo afrontamos la adversidad es fundamental en este contexto actual tan disruptivo e hipercompetitivo, como demuestran estos ejemplos:
Santiago Álvarez de Mon, el gran experto en liderazgo, nos anima en su libro “Desde la adversidad” a mirarla a los ojos sin miedo. Hoy necesitamos reforzar nuestro carácter, la «última frontera» para acercarnos más a nuestro potencial. Él nos reta para avanzar y crecer, a ser “personas más cuajadas” y evitar los riesgos de una sociedad blanda y que nos bombardea con ejemplos de éxitos fáciles y a corto plazo. Una habilidad para la que no es necesario ser una persona excepcional.
Para Toni Nadal (ex entrenador de Rafa Nadal y gran experto en alto rendimiento) la adversidad es un elemento muy valioso y clave para progresar. Hay que prepararse para afrontarla con eficacia y pensar con realismo que el camino será largo, difícil y la adversidad nos visitará habitualmente.
“No es posible construir un carácter fuerte sólo con palabras y mucho menos exclusivamente con palabras bonitas. Mi intención, cuando entrené a Nadal, era focalizarme en que tuviera un carácter fuerte para que pudiera afrontar mejor las dificultades que le traería la vida.”
Toni entrenaba al tenista en situaciones desfavorables: canchas en mal estado, poca luz o pelotas de tenis de mala calidad, por ejemplo. Su idea era que ganar o perder no depende tanto de las condiciones materiales como de la actitud, la disciplina y el enfoque.
Su visión fue premonitoria y muy acertada. Rafa Nadal ha destacado, entre otras muchas cosas, por no frustrarse ante su gran cantidad de lesiones o por su capacidad de afrontar los dolores físicos con gran entereza y sin limitar su extraordinario y sostenido rendimiento deportivo.
Pedro Algorta (superviviente del accidente aéreo de 1972 en los Andes) compartía en su artículo “Atravesando la adversidad” como cuando ésta azota a las empresas, debemos buscar lo más importante, nuestros valores comunes como organización, lo que fluye como la sangre y el aire de los pulmones. Superar la adversidad siempre es más fácil en equipo que en solitario.
El ‘kintsugi’ es una técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas y que ha acabado convirtiéndose en una filosofía para saber afrontar las heridas de nuestra vida y valorar sus cicatrices.
“El talento se construye en la calma, el carácter se construye en la tempestad” decía acertadamente el filósofo Goethe. La fortaleza mental, la famosa resiliencia, es una habilidad profesional cada vez más valorada en las compañías que quieren marcar la diferencia en el mercado. Una competencia que no abunda tanto y que no siempre se cultiva con acierto desde la niñez y en las etapas iniciales de la carrera profesional.
Ojalá seamos capaces de mejorar nuestra gestión de la adversidad. Muy probablemente el futuro nos aguardará algunos inconvenientes (grandes o pequeños) que pondrán a prueba nuestra maestría en este ámbito importante de nuestra vida personal y profesional.
Artículo publicado en Factor Humano
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
Belen dice
Muchas gracias David por compartir, gran articulo que te hace reflexionar. Un abrazo