¿Cómo mantener el equilibrio emocional en un mundo con cambios exponenciales y en el que veníamos entrenados para cambios progresivos?
¿Qué hacer para llevar una vida sostenible con el alto nivel de estrés e incertidumbre y las múltiples exigencias que tenemos hoy día?
¿De qué manera podemos superar las dificultades afrontándolas con optimismo y manteniendo el foco en nuestros objetivos vitales?
La resiliencia se define en Psicología como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y de sobreponerse a ellas y en Física como la capacidad de memoria de un material para recuperarse de una deformación, producto de un esfuerzo extremo.
Es por tanto, elasticidad, resistencia, superación y poder de recuperación energética. Es optimismo, foco, fortaleza mental y capacidad para adaptarse. Una habilidad que hoy día ya marca la diferencia en los empleados y compañías de mayor éxito, ya que como reflexionaba Aristóteles: “somos lo que hacemos días tras día. La excelencia no es un acto, sino un hábito”.
Vivimos en un mundo saturado de cambios, tecnología y complejidad. Y eso genera perplejidad, ansiedad y confusión. Los sistemas de gestión tradicionales ya no funcionan. Se necesitan nuevas herramientas y una nueva mentalidad para navegar en el contexto actual y facilitar el logro de resultados a corto y largo plazo.
Por ello la resiliencia es una magnífica habilidad para diseñar mejores respuestas, junto con elementos emergentes para la toma de decisiones como gestión de la incertidumbre, agilidad, intuición, inteligencia artificial o la mayor involucración de stakeholders clave (empleados, clientes, proveedores, accionistas…) en la definición estratégica y diseño de productos y servicios.
¿Y qué características distinguen a los empleados resilientes? Éstas son 10 actitudes y capacidades distintivas:
- Eligen un propósito inspirador para su vida personal y profesional: caminan hacia sus sueños con responsabilidad, pasión y vocación de contribuir a la mejora de la sociedad.
- Entablan buenas relaciones interpersonales. Su “capital social” de familia, amigos, colegas profesionales y conexión con la comunidad les ayuda a superar los malos momentos.
- No miran las crisis como obstáculos insuperables sino como oportunidades a descubrir. Los errores en el trabajo son valiosas fuentes de aprendizaje para ellos. Para ello se enfocan en aumentar continuamente su nivel autoconfianza.
- Aceptan que el cambio es parte de la vida y ven no sólo los riesgos sino la parte de oportunidad para su mejora personal y aportación a la compañía.
- Viven con riqueza el presente, aprendiendo del pasado pero sobre todo son seres «futurizos» (en palabras de Julián Marías), porque viven proyectándose siempre, en una sana tensión de transformación personal.
- Son positivos, realistas, se apoyan en el sentido del humor, aceptan las críticas y se rodean de gente positiva.
- Cuidan de su salud con buenos hábitos cotidianos (sueño, alimentación, deporte, gestión del estrés….) ya que son conscientes de la importante autoexigencia que conlleva una carrera profesional de alto rendimiento durante varias décadas.
- Tiene un enfoque de resultados a largo plazo que lo combinan con los resultados a corto.
- Manejan bien las «microadversidades» y se orientan a lograr «microcambios» que con el tiempo les llevan a un nivel superior de contribución y mejora profesional.
- Desarrollan sus habilidades de comprensión profunda y solución de problemas complejos para lograr los mejores resultados colectivos.
Albert Einstein indicaba: “sólo hay dos maneras de vivir tu vida: como si nada fuera un milagro o como si todo fuera un milagro”. Y a la vez mencionaba: “sin crisis no hay no hay méritos ni desafíos y sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía».
La vida de hoy no es de color de rosas y a la vez es claramente mejor que épocas pasadas en una mayoría de aspectos. Y este mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) refleja con crudeza un época de paradojas y polaridades, de oportunidades y riesgos. Por ello se requiere forjar el carácter para tener éxito y sobre todo tener una vida plena y satisfactoria.
La resiliencia pasa a ser, por tanto, fundamental en nuestra “caja de herramientas” vitales en este contexto crecientemente exigente y estresante.
Una habilidad valiosa para superar los frecuentes obstáculos que irán apareciendo y aprovechar mejor las oportunidades y la energía personal.
Una actitud que potencia nuestra autorresponsabilidad para asumir con mayor coraje y éxito las riendas de nuestra vida, aprendiendo de experiencias propias y ajenas y manteniendo un espíritu positivo y equilibrado.
David Reyero (con la colaboración de Miguel Angel Gallo, profesor emérito del IESE)
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
Jorge Lumbreras dice
Una lectura interesante y muy acertada, tenemos un gran reto por delante en nuestras vidas y saldremos victoriosos de ella. La resiliencia forma parte de mi ADN y frente a las adversidades nada mejor que crecerse, aprender y poner en practica todo lo adquirido. Gracias por estas palabras que reflejan las ganas de compartir conocimientos y que nos van a venir muy bien en nuestro dia a dia.
Robert dice
Totalmente de acuerdo!!! Hay que sobreponerse y salir fortalecido a pesar de lo complicado que sea la situación a la que te enfrentas. Asumir con flexibilidad situaciones límites y saber sobreponerse a ellas, es la base para conseguir el éxito ante esa situación pero también para salir fortalecido de ella. Habrá que reestructurar nuestros recursos psicológicos.
Maria Angeles dice
Me ha encantado leerlo. Sobre todo, cuando ves que en tu camino profesional y personal priman las mismas ideas y, en ocasiones, compartes este estilo con quienes te rodean.
De hecho, creo fundamental ejercer la resiliencia como estilo de vida en el día a día y aplicado a todas las circunstancias. De esa manera, será muy natural y lo tendremos integrado.
De hecho siempre he creído, que aunque ahora, a estas características se las denomine “resiliencia”, es una forma de ser en la vida. Habrá gente que lo tenga de manera innata y gente que tendrá que adaptarse más si quiere ser así.