«Los jóvenes (millennials, generación Z…) serán los principales agentes de cambio clave en la transformación digital y cultural de las compañías».
Este “mantra” está bastante extendido en el entorno empresarial de hoy y me parece un grave error.
Es cierto que los jóvenes son nativos digitales y han crecido en un mundo global donde el cambio es constante y acelerado. Es para ellos su hábitat natural y lo aprovechan aportando sus buenas ideas para reinventar empresas y crear nuevos servicios y productos. Un mundo muy diferente del que vivimos los nacidos antes de 1980.
Y, sin embargo, he conocido unos cuantos jóvenes que no tienen integrada la mentalidad digital y observo, por otro lado, cada vez más «súper millenials» (profesionales nacidos antes de 1980) aportando mucho valor en múltiples contextos, incluyendo los muy innovadores y tecnológicos.
Una evidencia que demuestra que lo fundamental no es la edad, formación o experiencia previa, sino una buena actitud. Algo que volverán a poner en valor en este difícil contexto post-covid y, a la vez, donde habrá oportunidades para quienes sepan reinventarse.
Los súper millenials aúnan 4 E’s del buen profesional maduro de hoy: experiencia, exploración, éxito y empleabilidad.
- Experiencia: para ser capaz de analizar con calidad y profundidad los complejos retos de hoy con la buena combinación de templanza y bagaje previo. Elementos valiosos para encontrar las soluciones más adecuadas.
- Exploración: para abrazar el cambio, investigar, no ser nostálgicos del tiempo pasado, afrontar con autoconfianza el futuro y aprender y desaprender con agilidad.
- Éxito: basado en la sabia mezcla de lo nuevo y lo antiguo, de lo digital y analógico, de datos e intuición, de lo local y lo global. Porque hoy está demostrado que la diversidad y la hibridación son sólidas ventajas competitivas y generan más innovación sostenible.
- Empleabilidad: como resultado de todos los elementos previos y la credibilidad en el mercado que genera esta combinación ganadora.
Vivimos en un mercado laboral trepidante y cada día más exigente. Y esto genera una lógica preocupación sobre si seremos competitivos o nos expulsarán del mercado y nos será difícil la recolocación.
Cada vez veo más profesionales súper millenials a mi alrededor que han cambiado el miedo por la ilusión. Que son realistas sobre sus capacidades, pero que no juegan a la defensiva y a no perder, sino con decisión y a ganar. Que no son víctimas, sino que se sienten también protagonistas del futuro por méritos propios. Para ello, en este entorno de exuberancia tecnológica, apuestan por ser referentes a pesar de su legado pre-digital.
Afrontar esta transformación personal les requerirá buena dosis de autoconfianza, coraje, entrenamiento y tenacidad. Y un elemento fundamental es pedir ayuda y aprender del que es más experto.
Para ello, en muchas compañías estamos apostando por el «mentoring inverso», una variante del mentoring donde jóvenes aportan valiosas experiencias a profesionales más veteranos en temas como transformación digital, innovación o nuevos retos de gestión en gestión de personas.
Por otro lado, los jóvenes se llevarán buenos consejos en otros aspectos de gestión y para su carrera profesional. Un buen ejemplo de enriquecimiento multi-generacional y bi-direccional, que además mejora el compromiso laboral y el ambiente de trabajo.
Soy optimista sobre el futuro laboral de los súper millenials porque cada vez está más claro que el mundo es más multigeneracional y que todos sumamos si mantenemos el hambre de aprender y contribuir. Y esto no está vinculado a la edad biológica, sino con la actitud de mantenerse «joven de espíritu».
Artículo publicado en Do Better by ESADE 8 de Abril de 2021
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
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