Jaime Pereira – 19 Diciembre 2013
Hoy se habla mucho de la felicidad, pero no sé si todos tenemos claro lo que significa esta palabreja. Para mí, felicidad es darse y servir a los demás, sin esperar que te lo agradezcan. ¿Dónde? Básicamente en la familia, en el trabajo, con los amigos…
Vivimos una sola vida, pero durante mucho tiempo las empresas han operado como si este sencillo principio pudiera ignorarse. ¿Conciliación trabajo/familia? La conciliación es un instrumento para poner de acuerdo dos o más elementos que parecen contrarios. La familia y el trabajo ¿son elementos contrarios? No, jamás. Nunca lo han sido. Son las dos caras de una misma moneda. Son el complemento perfecto para conseguir una vida feliz.
Es una ironía, dice Bill O´Brien de Hanover Insurance. “Gastamos tiempo y dinero tratando de diseñar programas sagaces para desarrollar el liderazgo en nuestras empresas e ignoramos una estructura que ya existe y es ideal para esa función. Cuanto más comprendo las aptitudes de liderazgo de una organización inteligente, más me convenzo de que son las aptitudes de los padres/madres efectivos/as”.
Pero el tema de encajar trabajo y familia, no es solo cuestión de tiempo sino también de valores. Muchos de los hábitos que aprendemos en una empresa “autoritaria” son exactamente lo que nos convierte en padres/madres ineficaces. ¿Cómo puede una persona alentar la autoestima de sus hijos cuando está habituada a destruir la autoestima de otras personas en la oficina? Hay que intentar buscar lugares de trabajo donde los valores empresariales coincidan con los valores personales. Solo así es posible que la persona humana encuentre sentido a su vida. Cuando lo has encontrado, estas a las puertas de la felicidad.
Hace unos días, una revista publicaba una conversación entre Dani Martín (cantante) y David Villa (futbolista) en la que decían:
Dani Martín: “Sí, desde 2003. Ambos andábamos empezando. Fernando Torres es un tipo cabal, con el protagonismo puesto en su familia… Eso me parece fundamental para mantener los pies en el suelo. Porque tu familia son tus cimientos. Son las personas que te conocen de verdad y no las proyecciones que de ti hace la gente”.
David Villa. “Totalmente. En 14 años de profesional he visto a unos cuantos colegas que se han perdido por una cosa o por otra; pues te diré que ninguno de ellos tuvo cerca o presente a su familia. Aquí, un día eres un héroe, todos se te acercan, y al siguiente te quedas solo. Nadie te conoce mejor y nadie te ayuda más que tu familia. Lo tengo clarísimo. Siempre lo he tenido por bandera”.
Este dialogo entre dos personajes tan populares, refleja, con mucha expresividad, lo que supone para mucha gente la familia. Las cosas aprendidas en casa se pueden aplicar en el trabajo y viceversa. La familia es la mejor Escuela de Negocios. En ella aprendes, desde chico, a trabajar en equipo, a comunicarte, a tomar decisiones, a resolver problemas, a ser creativo, a negociar, a pedir perdón, a compartir…
Por eso hay competencias que nos llevamos “puestas” al trabajo. Las aportamos en nuestro CV de forma natural. Nuestras empresas no tienen que invertir dinero en enviarnos a un curso de “Habilidades Directivas”. Es mejor emplear el dinero en otras cosas. Esta es la razón por la que las organizaciones deberían hacer mucho más por la familia. No basta con programitas de “conciliación”, lo importante es tomar conciencia y desarrollar culturas corporativas que amparen a esta institución, que tan necesaria es para una sociedad que parece estar algo perdida.
Una empresa con gente feliz es mucho más productiva, rentable, atractiva…
Jaime Pereira
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