Nativos o inmigrantes, todos somos digitales. La digitalización es un fenómeno cultural que empuja como una gran marea todo lo demás. El que sabe usar la tabla de la transformación, surfea y el que sólo chapotea, traga agua.
Los peces de este mar son los profesionales y las organizaciones, adaptando todos su forma a este nuevo medio acuático. Usar un smartphone o saber programar es contar con herramientas de trabajo del siglo XXI como en el pasado fueron la calculadora o la electricidad. El buen uso de la herramienta depende de las capacidades del profesional para sacarles el mayor partido, que en la era digital son tres: la capacidad para aprender, la marca personal y el feedback.
La capacidad para aprender es la habilidad más valiosa del talento digital. Todo profesional debe desarrollar una rutina de captación de la innovación que afecta al área de su talento y contexto.
Saber rodearse de mentores y coach de carrera a lo largo de la trayectoria, para pedir opinión y corregir el rumbo o mejorar habilidades que conduzcan al éxito profesional, es la segunda capacidad ineludible del profesional en la era digital. Al igual que un jugador profesional con grandes dotes se le entrena con los mejores entrenadores, un buen profesional debe dejarse aconsejar por mentores y otros consejeros que le ayuden a aprovechar y mejorar al máximo todo su talento.
En tercer lugar, la marca personal convierte la estrategia de talento en un plan de acción de mensaje y networking. El talento que no es percibido se marchita al no recibir la luz y el agua que lo aviva. La marca personal traza un plan que activa la colaboración y une el talen- to con su mejor elemento para lograr su mayor esplendor en la era digital.
Existen múltiples beneficios para las empresas que adopten una gestión de personas en clave digital. En primer lugar, se refuerza el liderazgo a todos los niveles. Hoy se requieren un nuevo liderazgo más polivalente, inspirador y orientado al desarrollo de las personas. Más allá de una estructura jerárquica concreta, todos los empleados requieren mentalidad de líderes y auto-responsables de la marcha global del negocio en un mundo híper competitivo. Las ideas de abajo-arriba son fundamentales para capturar rápidamente oportunidades sobre el terreno.
Otro de los beneficios de una gestión de personas en clave digital es que potencia la imagen de marca laboral. El nuevo employer branding requiere más proactividad interna y ex- terna de la empresa generando conversaciones más bidireccionales y frecuentes con empleados y otros grupos de interés.
También mejora de la comunicación y transversalidad; la gestión del talento digital personas 2.0 exige más transparencia y colaboración. En el mundo digital el paradigma ha cambiado: de “la información es poder” al “tanto compartes, tanto vales e influyes”. Ofrece además un rol más influyente a los empleados, que se convierten en embajadores externos de la marca y desarrolladores de negocio. Y para ello hay que generar la confianza para obtener el máximo provecho de cada generación, con una buena gestión de la diversidad y del talento único de cada empleado.
La gestión del talento digital desarrolla a los profesionales continuamente puesto que el conocimiento se vuelve obsoleto cada vez más rápido. Además florecen nuevas habilidades y profesiones y la necesidad de un reciclaje profesional permanente.
El sexto beneficio de una gestión de personas en clave digital es el que llamamos “transforma e innova”. Las compañías con más experiencia sectorial se están acercando cada vez más a las startups. Las nuevas reglas de juego y la reducción de barreras de entrada en muchos sectores son incentivos para la exploración, creatividad y para lanzarse a nuevas ideas de negocio donde el mundo digital puede aportar valor. Facilita igualmente la internacionalización. El éxito global depende más de elementos como talento, ambición o sentido común que del tamaño o de recursos financieros.
La gestión del talento digital permite un mayor foco en el negocio clave (eficiencia), mejores relaciones con los grupos de interés de la empresa y ahorros de costes.
Sin olvidar que aumenta el compromiso laboral y orgullo de pertenencia. La experiencia del cliente interno marcará el éxito empresarial en los próximos años. Las personas ya son digitales en su vida personal, y las compañías deben adaptarse en positivo a esta realidad. Involucrar más a los empleados en las decisiones corporativas fomentará su compromiso y orgullo con la organización en un periodo donde regresa la “guerra por el talento”.
Genera, igualmente, potentes ventajas competitivas; mejorar la propuesta de valor comercial puede lograrse a través de una buena gestión digital de personas que detecte permanentemente servicios diferenciales y genere una atractiva experiencia al cliente ex- terno.
Las actitudes digitales son eminentemente sociales, nacen de la actitud y la búsqueda de la excelencia y de “elementos emergentes” como la resiliencia, la curiosidad o la agilidad de aprendizaje. Hagamos que emerjan para que cada profesional alcance su mejor versión en un entorno cada vez más tecnológico y de innovaciones disruptivas, ya que son muchas las ventajas que aportan al entorno empresarial.
David Reyero Trapiello – Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
Arancha Ruiz – Headhunter & Talentist
http://www.arancharuiz.com
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