¿Cuáles serán las competencias profesionales de éxito en los próximos 10 años?
¿Cómo educar a nuestros jóvenes y a los profesionales ya asentados para lograr o mantener su empleabilidad en este entorno global?
¿Cómo afrontar el futuro con sólidos cimientos y sin miedo a quedar fuera de juego?
Estas preguntas son muy relevantes en el mercado laboral actual y es cada vez más difícil dar respuestas contundentes dado el profundo cambio del contexto empresarial.
Desaparecen vertiginosamente puestos y quedan obsoletas habilidades que antaño fueron muy valoradas. Y a la vez surgen nuevas competencias y roles profesionales que parecen tener un gran futuro.
Es evidente que los avances tecnológicos actuales están transformando nuestros hábitos personales y las habilidades de éxito a nivel empresarial.
A pesar de sus variados riesgos esta revolución supone una gran oportunidad y con múltiples ventajas. El big data, las redes sociales, la inteligencia artificial, el blockchain, son sólo ejemplos de estas nuevas tecnologías. Su valor es indudable y exponencial para potenciar la visibilidad, aumentar ventas, facilitar el aprendizaje y acceso a contenidos a nivel mundial, mejorar el networking, … y sobre todo, para aumentar la competencia, ya que un profesional influyente tiene el mismo espacio que una multinacional en redes sociales.
Y sin embargo, también está cada vez más demostrado que el éxito perdurable no se logrará sólo con estos valiosos conocimientos tecnológicos y actitudes innovadoras. La inteligencia emocional y una mirada humanista en el trabajo serán factores diferenciales de la empleabilidad laboral en una economía de la experiencia donde el “toque personal” será distintivo.
Esto es crítico en una mayoría de puestos y especialmente en los directivos o con contacto frecuente con clientes internos o externos. Unas bases necesarias para innovar con acierto, tomar mejores decisiones y, en definitiva, lograr resultados mejores y más sostenibles.
Destaco 10 elementos de este “nuevo humanismo empresarial” que en mi opinión, son básicos para la competitividad profesional futura:
- Autoconocimiento: conocer las fortalezas y debilidades para avanzar con solidez.
- Comunicación efectiva y empatía: conexión profunda con los demás construyendo en la diversidad y capacidad de contar historias (storytelling).
- Trabajo en equipo: hábitos colaborativos, visión de éxito colectivo.
- Pasión por los clientes: tanto internos como externos.
- Curiosidad: estar abierto al mundo para innovar y para absorber experiencias y bagajes diferentes.
- Motivación: capacidad de automotivación y conocimiento sobre cómo influir positivamente en los demás.
- Gestión de la incertidumbre: toma de decisiones eficaz en la complejidad integrando las perspectivas racionales y emocional.
- Visión global: enfoque amplio más allá del área de especialización personal.
- Resiliencia: buena gestión de los errores y la adversidad.
- Liderazgo como servicio a los demás: desarrollo de personas con el objetivo de aflorar su mejor versión.
La tecnología y las redes sociales juegan un papel importante en el mundo actual. Y a la vez cobra más fuerza que nunca la “inteligencia social”, que Daniel Goleman define como la capacidad humana para relacionarse empáticamente con los demás. En esta línea apunta el informe “10 habilidades para prosperar en la 4ª revolución industrial” (artículo en inglés) del Foro de Davos, que menciona el pensamiento crítico en un entorno de “infoxicación” (exceso de información), la inteligencia emocional o la gestión de personas en organigramas cada vez más planos y líquidos como factores clave de éxito en 2020.
Los profesionales “híbridos” (tecnológicos y a la vez humanistas) serán los de mayor éxito a futuro si identifican y apuestan por su propósito vital (lo que en Japón llaman “ikigai”, la conjunción entre sus fortalezas laborales, un trabajo en el que disfrutan, un rol que el mundo necesita y por el que logran una retribución razonable).
Su valor de mercado laboral se multiplicará al combinar pasión con talento e integrar lo mejor de la inteligencia artificial y humana: la potencia exponencial de análisis y aprendizaje del universo digital y la perspectiva humanista, poniendo a la persona en el centro y a la tecnología a su servicio.
Artículo publicado en Expansión 12/2/2019.
David Reyero (HR Business Partner & Strategic Projects en Sanofi)
e-mail: David.reyero@sanofi.com / Twitter: @davidreyero73/
Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
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