La tremenda crisis sanitaria y económica derivada de la propagación mundial del Coronavirus se está traduciendo ya en miles de muertos y en un previsible aumento del paro y cierres de empresas, con un foco especial en las PYMEs y autónomos. Si esto fuera poco no se prevé una solución a corto plazo pese a los crecientes y multifacéticos esfuerzos a escala global. Sólidos ingredientes para una potente recesión si no somos capaces de evitarla entre todos.
Afortunadamente, y en este contexto tan profunda y súbitamente pesimista, veo actitudes valientes y solidarias que emergen para afrontar mejor entre todos este trance. Personas humildes o poderosas, hechos pequeños o heroicos, decisiones que nos reconcilian con el buen ser humano que todos llevamos dentro y que surge frecuentemente en estas situaciones críticas.
Comparto 10 actitudes positivas de los ciudadanos que me han llamado positivamente la atención en estos días:
- Solidaridad genuina: se multiplican los buenos ejemplos de vecinos que se ayudan unos a otros, adultos sanos que están evitando muertes de mayores y personas vulnerables con sus buenos hábitos diarios, empresas como las de contenidos que los regalan temporalmente para hacer más llevadero el necesario confinamiento.
- Unión entre distintos: entre partidos políticos (donde la oposición está apoyando a gobiernos en sus drásticas medidas sin sacar ventaja electoral) o entre países (como la cesión de equipos de China a Italia para afrontar la epidemia).
- Reconocimiento social: se extiende una corriente espontánea y potente de apoyo al ejemplar trabajo y compromiso de los profesionales sanitarios. Un gesto necesario, lógico y que tendríamos que continuar en tiempos de bonanza para este colectivo que está infravalorado social y económicamente.
- Comprensión profunda: de lo frágil e interrelacionada que está nuestra Tierra o del “efecto mariposa” (cómo un pequeño mal hábito en una parte del mundo impacta el equilibrio mundial), de lo importante que es la salud, de lo complejo, lento y costoso que es descubrir vacunas o medicamentos eficaces para nuevas enfermedades.
- Autorresponsabilidad: del impacto de nuestros hábitos en los demás, de lo conveniente que es en ocasiones tomar decisiones difíciles que nos perjudican a nivel individual pero benefician a la comunidad, de cuán cierto es este proverbio africano: “para cuidar y enseñar a un niño hace falta la tribu entera”.
- Coraje: de muchos profesionales y, en especial, de los sanitarios. Hombres y mujeres que enfrentan a diario este virus con valentía, rigor, resiliencia y generosidad (anteponiendo el interés general al personal y el de su propia familia). Y además en muchas ocasiones trabajando con insuficientes medios materiales. Una lección sobre lo que significa vivir guiado por un propósito elevado de servicio a los demás.
- Agilidad: esta crisis nos vuelve a demostrar la importancia de aprender rápido, escuchar y aprender de los demás y ser ágiles en decisiones complejas y sin toda la información en este mundo tan incierto y cambiante.
- Cercanía y conexión: se nos abre la oportunidad de disfrutar de más tiempo con la familia, de conectar virtualmente con amigos, de disfrutar de las pequeñas actividades domésticas.
- Reflexionar para mejorar: estar confinado puede ser una maldición o una bendición si encontramos tiempo para detener nuestro ritmo frenético y meditar sobre nuestra vida y cómo mejorarla.
- Optimismo y resiliencia: hoy es un buen momento para pensar en grande, mirar al futuro con ilusión y realismo y aprovechar la oportunidad de reinvención de toda crisis. Todo ello siendo conscientes que los remedios serán posiblemente lentos y difíciles.
Un “cisne negro” es un suceso inesperado y de gran impacto como explicó magníficamente el visionario Nassim Taleb. A final de 2019 todo iba razonablemente bien. Hoy se intuye una recesión mundial y algunos expertos ya anticipan que puede ser más profunda que la del 2008. Por el bien de todos ojalá se equivoquen y no cuaje el pánico generalizado (sanitario, social, empresarial, bursátil…) a pesar de la situación crítica que vivimos.
Estos próximos meses nos jugamos mucho para el bienestar colectivo global de los siguientes años. Estas 10 palancas son sólo algunos ejemplos del talento colectivo poner nuevas y robustas bases mientras nos ocupamos a corto plazo de los más necesitados y frágiles. Estoy convencido que estaremos colectivamente a la altura para salir fortalecidos de este importante asunto.
David Reyero Trapiello – HR Business Partner – Sanofi Iberia
Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: linkedin.com/in/davidreyerotrapiello/
PEDRO PABLO RODÉS ROCA dice
Bravo David. Buen articulo. Es el momento de «sacar» lo mejor de cada uno de nosotros aunque solo sea por el futuro de nuestros hijos !!!.
Conchita de Blas dice
Toda la razón del mundo David. De todos los momentos negativos se sacan conclusiones positivas y tenemos que aprovecharlo, así como ayudarnos los unos a los otros dejando a un lado nuestras diferencias y demostrar que somos capaces de grandes cosas.
Muchísimas gracias por aportar tanto en tus palabras.
Un abrazo para ti y tu magnífica familia,
Conchita
Pilar dice
Gracias, David! Una buena reflexión. Leyendo tu artículo me viene a la cabeza una ensayo sobre la espera donde decía que “Ojalá todos podamos emplear este tiempo de manera significativa… y a poder ser gratificante”
Un abrazo
JORDI NAVARRO dice
Hola David,
Excelente artículo, me ha gustado mucho. Siempre debemos buscar la parte positiva de las cosas que nos toca vivir.
Saludos cordiales,
JORDI NAVARRO
Dhaval Joshi dice
Very nice article and truly inspiring and informative which helps to improvise strength fighting against coronavirus. thanks for sharing this article with us.